Alquilando Abejas

Uno de los procesos biológicos más importantes en nuestro planeta es la polinización de las plantas ya que la reproducción de la mayoría de plantas y cultivos agropecuarios dependen de esto. El proceso de polinización es realizado en su mayoría por animales. De los cultivos y frutas que dependen de este proceso, el 75%[1]de ellos dependen de insectos, principalmente de las abejas. Por esta razón, las abejas son una pieza fundamental en la lucha por conservar la biodiversidad, así como en mantener los elementos para una buena nutrición y el desarrollo de las actividades productivas de muchísimas comunidades rurales.  

El curso de florecimiento de muchos cultivos es breve, poniendo en riesgo una debida polinización y, por lo tanto, una cosecha exitosa. Las abejas son un recurso clave para la agricultura local, así como para la industrial, la cual progresa cada vez más en nuestro país.  Las abejas melíferas pueden incrementar la producción de cultivos en un 96% ya que pueden polinizar una gran variedad de flores e incluso, viajar por 7 kilómetros para llevar a cabo sus actividades. La FAO señala que la polinización también impacta de forma positiva en la calidad del cultivo generando mayor protección para las pestes. En algunas regiones del mundo, el valor económico de las abejas se encuentra en el alquiler de ellas para la polinización, superando el valor de la producción de miel o cera de abeja. 

A pesar de todos los beneficios que las abejas ofrecen para la conservación y la agricultura estas aún no son debidamente reconocidas por su trabajo y aporte, y en muchos casos son exterminadas. Esto ha generado una disminución en la presencia de polinizadores en muchas regiones y como consecuencia se podría generar una pérdida en la diversidad de plantas. Distintos factores pueden generar efectos negativos en las abejas. Uno de ellos es el cambio climático, el cual genera pérdidas y cambios en los hábitats. Otro factor es el uso de pesticidas químicos. 

La exposición a sustancias químicas afecta el comportamiento de las abejas, perjudicando el desarrollo y la reproducción de estas y sus colonias. El uso de pesticidas sintéticos tiene un alto impacto negativo en el medio ambiente, siendo mayor el daño al ser utilizado en gran escala por las empresas agroindustrial para la protección de sus cultivos. Con miras a proteger a las abejas de estos químicos, Francia ha prohibido el uso de 5 pesticidas. Sin embargo, la FAO sostiene que, si bien muchos de estos pesticidas están prohibidos en los países desarrollados, son finalmente vendidos en los mercados de países en vías de desarrollo ya que, por lo general, no cuentan con los mismos estándares o procesos de certificación para los productos utilizados. Esta situación genera preocupación ya que las consecuencias nos afectan a todos. 

Se han tomado distintas acciones para abordar estas amenazas. Una de ellas es la promoción de alternativas de pesticidas para la agricultura en pequeña escala basada en conocimientos tradicionales. La colaboración entre apicultores y campesinos es esencial para encontrar una solución y lograr una agricultura sostenible. Por su parte, FAO esta jugando un rol importante en la coordinación de la Iniciativa Internacional para la Conservación y Uso Sostenible de los Polinizadores, con el fin de monitorear el declive de polinizadores, así como promover seguridad alimentaria y construir capacidades en el manejo de la polinización. 

Como respuesta a esta situación, Morgan Freeman ha transformado su rancho de 124 acres en Mississippi en un criadero de abejas con el fin de fomentar el libre crecimiento de esta especie. Por su parte, Flea, el baterista de Red Hot Chilli Peppers, se ha incorporado a la causa y realiza apicultura con el fin de sumar esfuerzos en la protección de las abejas. 

Sin embargo, si bien en muchas regiones se habla de un declive en las abejas, diferentes estudios han demostrado que el número de colmenas se ha incrementado a nivel mundial en un 45%[2]. ¿Por qué entonces se percibe que hay menos abejas? Es debido a un incremento en la proporción de cultivos, a partir de la industria agrícola, los cuales, en su mayoría, dependen de la polinización.  Debido a que hay una mayor demanda de polinizadores, estos no se dan abasto. Una solución positiva para los agricultores ha sido el alquiler de colmenas para las temporadas de polinización de sus cultivos. 

El caso peruano

Muchos cultivos que son trabajados por campesinos de pequeña escala en el Perú, como el café y el cacao, son productos de la polinización. En una agricultura de mayor escala y para exportación se cultivan paltas y arándanos ambos dependientes de la polinización. Al ser producción en gran escala es necesario alquilar abejas, convirtiendo a las abejas en una nueva forma de ingreso. En ambos casos, las abejas son un recurso crucial en la producción de cultivos e ingresos económicos. Se estima que, en el año 2015, en la región La Libertad 35 000 colmenas de abejas fueron necesarias para la producción de arándanos y paltas, de las cuales el 70%-80% fueron colmenas alquiladas a apicultores. Cada colmena es alquilada a 150 soles aproximadamente transformándose en un ingreso importante. 

En el Perú, la apicultura es realizada principalmente por pequeños apicultores quienes poseen alrededor de 10 colmenas, sin embargo, nuestro contexto ambiental y agrario nos provee el escenario para un mayor desarrollo de esta actividad. El Plan Nacional de Apícola muestra que el 37%[3]de los apicultores tiene educación superior completa o incompleta, lo que implica que esa actividad es realizada por distintos motivos a los profesionales. Otro aspecto importante es que el 78% de los apicultores peruanos desarrollan actividades paralelas como la agricultura y la ganadería. Actualmente, la apicultura está tomando fuerza debido a una constante demanda de abejas por parte de la agroindustria, por lo que se espera que las asociaciones de apicultores, y los pequeños apicultores puedan tener mayores ingresos, así como incrementar la cantidad de polinizadores. 

Como se ha mencionado anteriormente, el cambio climático tiene un impacto en las abejas ya que fenómenos naturales como El Niño que afecta intensamente la temperatura pueden generar sofocación y desórdenes reproductivos en las abejas, así como propiciar la presencia de bacterias, hongos y patógenos que afectan las colmenas. En otras regiones del país, este fenómeno se presenta a través de sequías, las cuales afectan a las abejas por la escasez de agua y flores.   

Si bien la situación de las abejas puede volverse crítica de no tomarse acciones para preservarlas, el desarrollo de la apicultura para el alquiler de abejas puede ser positivo para los pequeños agricultores. Con el fin de cumplir sus compromisos con los objetivos de desarrollo sostenible, el Perú es parte de la Iniciativa Internacional para la Conservación y Uso Sostenible de los Polinizadores, la cual busca generar iniciativas y políticas para proteger a los polinizadores dentro del ámbito nacional con la participación de todos los actores involucrados.


[1]Global pollinator declines: trends, impacts and drivers. Trends in Ecology and Evolution, February 2010.  

[2]Global pollinator declines: trends, impacts and drivers. Trends in Ecology and Evolution, February 2010.  

[3]Plan Nacional de Desarrollo Apicola- MINAGRI